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miércoles, 7 de octubre de 2015

100 apellidos vascos



 
 Tengo más de cien apellidos vascos (si, ya sé que el primero de la foto es Fernández). Y otros tantos entre asturianos, andaluces, castellanos, franceses…


Hoy mi madrina me ha regalado un precioso álbum con varias decenas de fotografías y recuerdos antiguos de mi familia vasca. 


Una labor encomiable de muchos años, que para mí supone un auténtico tesoro, aunque sé bien que muchos de mis primos (somos 34) no mostrarán el más mínimo interés, que cada uno es muy dueño de elegir y cultivar sus aficiones.




Mi madrina y yo compartimos la pasión por la genealogía, que me llevó hace ya cinco años a crear en internet el árbol genealógico de mi familia, que hoy tiene más de 800 personas registradas con nombre, apellidos y fecha de nacimiento, algunas de las cuales, antepasados directos de 12 generaciones, se remontan a la época de Carlos V. 

La página web, si alguno se anima a seguir el ejemplo, es myheritage

 

Mi padre, que en paz descanse, fue, como muchos empresarios de su época, un hombre de orden y de libre empresa, que valoró el empuje que Franco dio a la economía y que, en consecuencia, lloró la muerte del Caudillo y tenía en su despacho privado una bandeja de plata con el testamento político del dictador, ese que empezaba: "Españoles, al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja benigno a su presencia…".

 

Mi abuelo, su padre, abrió negocio en Oviedo en el año 32, procedente de Bilbao. También fue un hombre de orden y de libre empresa, buen católico, esposo y padre ejemplar y amigo de sus amigos. Lo que mi padre no sabía, y yo aprendí recientemente, era que, en su juventud, mi abuelo había militado en las juventudes del PNV, llegando a presidir el "Batzoki" (para entendernos, la "casa del pueblo" del PNV) del barrio de Begoña en Bilbao. Ni que su abuelo materno, empresario textil del mítico barrio de Artecalle, en "las 7 calles", núcleo histórico de Bilbao,fue amigo personal de Sabino Arana y estuvo presente en la cena en el Caserío de Larrazábal el 3 de junio 1893, donde Arana pronunció el discurso fundacional del nacionalismo vasco, aunque luego dejara morir esa amistad porque no compartía sus tesis extremas y racistas.

Mi mujer es hija de un publicista granadino criado en el protectorado español de Marruecos, el de "El tiempo entre costuras", donde su padre, el abuelo de mi mujer, ejercía de militar. El publicista casó con una asturiana, hija de un maestro de Grado, un buen paisano que por circunstancias de la vida hizo la guerra civil primero en un bando y luego en el otro, impidiendo tanto que los "rojos" violaran a monjas como que los "nacionales" soltaran unas bombas en un pueblo por no volver con ellas en el avión. Su hermana militó en el Partido Comunista y actuó un tiempo de secretaria de Dolores Ibarruri, la "Pasionaria"; como consecuencia, pasó media vida metida en un "zulo" escondida por la familia, porque Franco había puesto precio a su cabeza.

Recuerdo a mis mayores contar que mi tía-bisabuela, que nos precedió a mi madrina y a mí en el "vicio" de la genealogía, había investigado la rama de su apellido remontándose hasta el siglo XVII, un trabajo meritorio en una época en que no existía internet y había que consultar los archivos parroquiales. Según cuenta la leyenda (falsa, por otra parte, con arreglo a los indicios disponibles), se detuvo cuando encontró entre sus ancestros a un pirata que había sido colgado en la plaza pública. "Lo siguiente va a ser el hijo de un cura", se temía la devota mujer.

Cualquiera que investigue la historia de su familia puede encontrar historias parecidas. Las nuevas generaciones, que se han criado en democracia y no saben lo que es la guerra, el anatema ni el odio ideológico institucionalizado, encontrarán estas "anécdotas" curiosas. Pero son historia, "son periódicos" para muchos que aún viven. Son nuestras raíces y, para bien o para mal, han determinado quienes somos. Y conocerlas nos calienta el corazón, nos vincula con nuestra herencia y nos prepara para lo que pueda venir.